Cómo cuidar tu ropa de cama de percal
El algodón percal tiene un aspecto mate fresco y elegante, además de ser suave, ligero y transpirable. Nuestra ropa de cama de percal cuenta con un acabado lavado a la piedra que le aporta mayor suavidad y un estilo relajado. Por lo tanto, estas piezas son fáciles de cuidar, pero un mantenimiento adecuado prolongará su vida útil.
Nadie quiere que la ropa de cama se vuelva rígida, deforme o áspera, así que aquí tienes algunos consejos para cuidar nuestras piezas.
¿Cuándo lavar?
Las piezas que están en contacto directo con la piel (sábanas, fundas de almohada) deben lavarse aproximadamente cada siete días . Lavarlas con menos frecuencia puede provocar la acumulación de suciedad, como células muertas de la piel y polvo. Por otro lado, lavarlas demasiado a menudo puede desgastarlas prematuramente. También es recomendable alternar el lavado con otro juego de sábanas para conservar el color y la elasticidad, y así prolongar la vida útil del producto .
¿Cómo lavarlo?
Usa agua tibia , ¡ni muy caliente ni muy fría! El agua caliente daña las fibras, encoge la tela y desteñida. Por otro lado, el agua fría puede no limpiar la ropa de cama a la perfección.
Desaconsejamos el uso de detergentes fuertes, suavizantes y blanqueadores . Con el tiempo, el suavizante daña las fibras. El blanqueador aclara las sábanas blancas de percal, pero debilita las fibras de algodón. En su lugar, utilice un detergente suave, apto para tejidos delicados.
Evite sobrecargar la lavadora y asegúrese de que haya suficiente espacio para que las prendas se muevan libremente. Sobrecargarla puede provocar una limpieza insuficiente y aumentar las arrugas.
¿Cómo secarlo?
Después del lavado, secar en secadora a baja temperatura. El calor intenso puede encoger y dañar la tela. Sacar las sábanas de la secadora cuando aún estén ligeramente húmedas para minimizar las arrugas.
¡Plánchalas si es necesario! Las sábanas de algodón percal son conocidas por su frescura, pero si prefieres un aspecto más suave, puedes plancharlas. Ajusta la plancha a temperatura baja o media y plánchalas cuando estén ligeramente húmedas. Ten cuidado de no aplicar demasiado calor, ya que podrías quemar la tela.
Cuando no las uses, guarda tus sábanas de algodón percal en un lugar fresco y seco. Evita la luz solar directa, ya que puede desteñirlas. Dóblalas con cuidado para evitar arrugas.